El sábado pasado Marcello y yo después de un día de vagueo absoluto, la dolce vita es agotadora :), decidimos dar un paseo por Madrid cuando ya anochecía. Paseando, acabamos en el Corte Inglés para curiosear el espacio Gourmet, que en un intento de modernidad ha dejado la clientela octogenaria y las tortitas, público fiel donde los haya, a un lado.
La novena planta del mítico edificio de Callao estaba en plena ebullición y acabamos apostando por pizza al cuadrado. Este local ya lo conocíamos, el primero que abrieron situado en la calle Ballesta, lo habíamos visitado en más de una ocasión, disfrutando de un concepto nuevo de servicio y calidad, y un trato por parte de la plantilla muy bueno.
Dispuestos a disfrutar de lo ya conocido desde otra perspectiva, lo primero que nos encontramos es que debías elegir entre dos menús, en mi opinión mucho más caro, aunque igual en calidad, que el concepto de «elijo las piezas de pizza que quiero» (para eso sí se nota que era gourmet). Una vez servido el pedido, debimos retirar las bandejas y platos de los comensales anteriores, ya que ninguno de los 3 camareros se dignó a salir y limpiar las mesas. Finalmente terminamos la pizza con el cubo de la basura lleno de desperdicios, en nuestra nariz, ya que la camarera decidió que era el mejor momento para tirarla. Descuidos? Posiblemente, sin embargo, en nuestra opinión si te sitúas en un espacio gourmet porque tienes un buen producto, aún te debes esforzar más por dar mejor servicio y sobre todo mantener la buena reputación creada.
Una pequeña decepción, sin embargo os animamos a probar estas pizzas en el local de la calle Ballesta y disfrutar de lo original.